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Enfermedad Degenerativa Discal

Diagnóstico de la Enfermedad Degenerativa de los Discos


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La enfermedad degenerativa de los discos puede resultar difícil de diagnosticar debido fundamentalmente a dos motivos.

Por una parte, la dolencia se desarrolla gradualmente en el tiempo y puede no ser evidente hasta que ya es demasiado tarde. Por otro lado, paralaleamente a la dolencia se pueden presentar otros problemas de la columna como, por ejemplo, la estenosis espinal o hernias discales.

Un médico, por ejemplo, podría diagnosticar rápidamente una hernia discal. Sin embargo,  sería mucho más difícil diagnosticar que se trata de una hernia de disco causada por la enfermedad degenerativa discal.


La Consulta Médica

En una consulta médica típica de revisión de la columna, el especialista, además del examen físico médico de rigor, puede realizar además un examen neurológico.

En el examen físico, el médico observa la postura del paciente, el rango de sus movimiento y su condición física, prestando especial atención a los movimientos que provocan dolor.

Durante el examen neurológico, el especialista en la columna puede probar los reflejos, la fuerza de los músculos, alteraciones en los nervios y la irradiación del dolor.

Pruebas de Diagnóstico por Imagen

Para diagnosticar la enfermedad degenerativa discal se pueden requerir algunas pruebas de diagnóstico por imagen como Rayos X, una Tomografía Axial Computarizada (TAC) o una Resonancia Magnética (RMN). Estos dos últimos tipos de test son más efectivos que los rayos X, ya que muestran los tejidos blandos de la columna y pueden ayudar a identificar problemas como un disco con protusión o herniado.

Si el médico sospecha que los cambios degenerativos en la columna han provocado daños neurológicos, puede ordenar un examen especial llamado electromiografía, para medir la velocidad y calidad de respuesta de los nervios ante estímulos.

Realizar un diagnóstico de la EDD puede requerir otros test adicionales como por ejemplo:

  • Escáner óseo. Ayuda al médico a detectar problemas en la columna como la osteoartritis, fracturas o infecciones. En este caso se inyecta una dosis pequeña de material radioactivo en una arteria. La sustancia circula por el torrente sanguíneo y es absorbida por los huesos. El área donde exista una actividad anormal como, por ejemplo, una inflamación, absorverá mayor cantidad de material.

    Un scanner detecta la cantidad de radiación en todos los huesos y muestra las zonas calientes (áreas con mayor material radioactivo) para ayudar a descubrir al médico donde se encuentra el problema.

  • Discograma o discografía. Este procedimiento confirma o descarta al disco como fuente de dolor. Se inyecta un material de contraste inocuo en uno de los discos. Si existe algún problema con el disco –por ejemplo si está herniado- la sustancia filtra fuera del disco. El médico puede verlo en los rayos X.

  • Mielograma. Un mielograma es útil para establecer si existen desordenes en el canal raquídeo o en la médula espinal, quizá una compresión de nervios que causa dolor o debilidad.

    En este test, se inyecta un material de contraste especial en el área alrededor de la médula espinal y los nervios. Previamente el área es anestesiada. Luego se realiza un rayos X o una tomografía.

    La imagen resultante provee una imagen detallada de la anatomía de la columna, especialmente de los huesos, que ayudará al doctor a identificar las anormalidades existentes.

Última actualización: 28/02/12

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