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Cirugía Hernia Discal

Cirugía Hernia Discal


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A pesar de que la mayoría de los pacientes con una hernia de disco responden bien a tratamientos conservadores (no quirúrgicos), en algunos casos la cirugía es necesaria. La cirugía es una opción cuando se dan las siguientes condiciones:

  • Los tratamientos no quirúrigos no han aliviado el dolor del paciente dentro de los 3 a 4 meses.
  • El dolor es agudo en tal grado que inhabilita a la persona para desarrollar una vida normal.
  • Se producen síntomas de afectación grave de los nervios como la debilidad o adormecimiento en las piernas o brazos, e incluso problemas con el control de los esfínteres. 

En la actualidad existen varios tipos de técnicas quirúrgicas posibles. Entre las más empleadas se encuentran:

a) Laminotomía
La palabra laminotomía viene del latín lamina (lámina de hueso que cubre el arco posterior de la vértebra) y otomía (acto de cortar, incisión). La operación consiste en ensanchar el espacio que existe entre las láminas de dos vértebras que se encuentran una encima de otra en el nivel donde se encuentra la hernia de disco. Al ampliar el agujero de conjunción, se disminuye la presión que existe en el canal espinal para la salida de la raíz nerviosa y la médula espinal. 

b) Discectomía
Consiste en extraer únicamente el material discal herniado, sin romper ni extraer el hueso vertebral. Al retirar el material que comprime el nervio se suprime el dolor. En ocasiones es preciso ampliar el agujero de conjunción para acceder al material discal que se extrae en una discecomía; en este caso el procedimiento se llama discectomía con laminotomía.

c) Microdiscectomía
Está pensada para quitar la presión de la raíz del nervio al remover la parte del disco que la comprime y así dar al nervio un mejor entorno para su recuperación. Se realiza usando un microscopio, con una incisión y manipulación quirúrgica que quita la parte del disco que está presionando la raíz del nervio, en tanto que el resto del disco queda intacto, por lo tanto, el plazo de recuperación es breve.

Algunos estudios científicos muestran que la microdiscectomía es un tratamiento quirúrgico bastante eficaz en los casos de hernia discal que deben ser operados. De hecho, en los casos que realmente deben ser operados, y cuando es técnicamente posible usar esta técnica, la microdiscectomía es el procedimiento de elección, pues obtiene unos resultados similares a los de la discectomía acortando el tiempo de recuperación y reduciendo los costes.

El porcentaje de éxito en este tipo de operaciones si se realizan por cirujanos experimentados es alta. Sin embargo, existe la posibilidad de que los pacientes puedan sufrir una nueva hernia de disco en el mismo lugar. Esto puede ocurrir durante el postoperatorio (3 meses) o en años posteriores.

En estos casos se puede acudir a una nueva microcirugía, pero si ocurre varias veces se puede considerar una cirugía de fusión para eliminar el movimiento en ese nivel discal incluso quitando todo el material del disco.

d) Laminectomía
Consiste en quitar toda la lámina de una vértebra, lo que también descomprime la raíz nerviosa. También se usa en casos de estenosis espinal, para descomprimir la médula. Los estudios realizados demuestran que obtiene peores resultados que la discectomía, la microdiscectomía o la laminotomía para el tratamiento de la hernia discal.

e) Artrodesis
Es una cirugía que fusiona o fija dos vértebras de la columna. La fusión une los dos huesos de manera permanente para que no haya ningún movimiento entre ellos. Se puede hacer colocando un injerto de hueso entre ambas vértebras ("artrodesis no instrumentada") o usando además unas placas metálicas para fijar ambos cuerpos vertebrales ("artrodesis instrumentada").

En muchos casos la artodesis se realiza junto a una laminectomía, discectomía o foraminotomía.

Pese a que existe una notable presión comercial para usar artrodesis instrumentadas -que conllevan la implantación de material caro-, en vez de técnicas no instrumentadas, los resultados de los estudios científicos realizados hacen más recomendables estas últimas.

En la actualidad muchos procedimientos quirúrgicos pueden realizarse empleando técnicas mínimamente invasivas. En estas técnicas, los cirujanos realizan toda la cirugía a través de una pequeña incisión  a través de un tubo que les permite insertar una pequeña cámara e instrumentos quirúrgicos especiales. Son técnicas que requieren incisiones más pequeñas, estadías hospitalarias más breves, menor dolor después de la operación y una recuperación más rápida. No obstante, siguen siendo cirugías.

Si tu médico recomienda la cirugía, pregunta siempre cuál es el propósito de la operación, qué resultados puede esperarse y las posibles complicaciones. Pregunta con confianza por segundas opiniones sobre si la cirugía es necesaria: estás en tu derecho. Tu médico estará feliz de recomendar a un especialista para reevaluar tu dolencia.

Cuidados previos a la cirugía

La cirugía de la columna debe tomarse siempre muy en serio. Lo mejor es estar en las condiciones físicas óptimas antes de entrar al quirófano.

A continuación te planteamos una serie de consejos útiles: 

Aliméntate bien. Una buena nutrición es clave para mantener el sistema inmunitario saludable. Durante las semanas previas a la cirugía mantén una dieta balanceada y toma suplementos de vitaminas. Esto ayudará a reducir el reisgo de infección.

Ponte en forma. Los músculos débiles y una resistencia cardiovascular baja hacen que la recuperación de la cirugía sea más difícil. Habla con tu doctor sobre cómo inciar un programa de ejercicios que sea adecuado a tu condición antes de la cirugía de la columna. Si ya te ejercitas habitualmente, asegúrate de que el médico aprueba tu rutina de ejercicios y mantenla.

Pierde peso. El dolor de espalda puede hacer que perder peso o mantenerlo sea todo un desafío. Si tienes sobrepeso, es una buena idea adelagazar antes de la cirugía. ¿Por qué? Porque a mayor peso mayor presión sobre la columna y ello puede ralentizar el proceso de curación e incrementar el dolor postoperatorio. Si necesitas perder más de 10 kilos antes de la cirugía, pregunta a tu médico sobre los métodos más apropiados y seguros para deshacerte de esos kilos no deseados.

No fumes. Si eres fumadora o fumador, quizá no te guste lo que te decimos. Sin embargo, quizá este sea el paso más importante que puedes tomar para contribuir a una cirugía segura y exitosa. Dejar de fumar al menos un mes antes de la operación puede disminuir el riesgo de complicaciones importantes como problemas con la anestesia o pneumonía postoperatoria. Por último, los pacientes que dejan de fumar incrementan la posibilidad de una operación exitosa.

El dolor es siempre una causa de preocupación. Para recuperarte y mantenerte sin dolor, sigue cuidadosamente el plan diseñado por tu especialista. Después de la cirujía, asegúrate de asistir a las revisiones periódicas y comentar con tu médico si no ves mejoras. No pienses que una hernia de disco es una razón para dejar de disfrutar la vida. Con el cuidado y tratamiento médico apropiados, recuperarás tu vida nuevamente.

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