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Sacroileítis

Examen y Diagnóstico de la Sacroileítis


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Muchas personas que padecen de Sacroileítis pasan meses, incluso años, sin que se les diagnostique correctamente la dolencia. Y es que la Sacroileítis puede resultar en ocasiones bastante complicada de diagnosticar.

Las articulaciones sacroilíacas están tan cerca de los huesos de la cadera y de la columna lumbar (la base de la columna) que puede ocurrir –como de hecho ocurre- que se confunda con otras causas del dolor de espalda baja como una hernia de disco o una protrusión de disco. En todos estos casos el síntoma principal también es el dolor en la zona baja la de espalda.

Como fuera, existen diversos exámenes que pueden ayudar a que el especialista de la columna determine si tienes un problema de Sacroileítis. El primer paso es el examen a manos de un especialista (si aún no has encontrado un especialista puedes emplear nuestro "Buscador de Especialistas" ubicado en la columna de la derecha).

Durante el examen el médico suele preguntar sobre tu historial médico y puede realizar algunos tests sencillos para identificar el origen del dolor. Por ejemplo, el médico puede realizar un test muscular para establecer si las articulaciones son la fuente del dolor.

Este test se realiza recostado de espaldas. El médico pide que se realicen movimientos específicos (flexiones, rotaciones y extensiones de la cadera) para establecer si el dolor se origina en las articulaciones. Uno de ellos consiste en ejercer presión sobre las zonas de las articulaciones sacroilíacas. 

Si aun así el doctor no está seguro de qué es lo que está originando el dolor puede pedir otros exámenes como por ejemplo:

Rayos X. Puede pedir unos rayos X de la pelvis, caderas, o columna lumbar para establecer las causas del dolor.

Tomografía Computarizada. Esto da al doctor una visión detallada de las articulaciones y los huesos

Resonancia Magnética. Provee una visión cercana de los tejidos suaves (como músculos  ligamentos) y puede mostrar si existe una inflamación en la articulación sacroilíaca.

Escaner óseo. Se pide se sospecha que existen anormalidades en los huesos. Este examen puede establecer si ciertas áreas de los huesos están infalamdas.

Análisis de Laboratorio. El médico puede pedir un análisis de muestra de sangre si sospecha que una infección puede estar causando la infección.

Si estos examanes no muestran signos de Sacroileítis, entonces el médico puede emplear una inyección para diagnosticar la enfermedad. Este es uno de los métodos más exactos para diagnosticar la Sacroileítis.

Las inyecciones contienen una medicación adormecedora (por ejemplo novocaína). Se inyecta un esteroide (por ejemplo cortisona) en la articulación. Si la inyección alivia el dolor significa que la articulación es probablemente la fuente del dolor.

Estas inyecciones se suelen aplicar con la ayuda de rayos X para asegurar que se aplica directamente en la articulación.

Si a través de estos examanes el especialista diagnostica que efectivamente se trata de Sacroileítis, entonces se puede empezar a valorar las diversas medidas para tratar  la dolencia. 

 

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