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Lumbago

Causas del Lumbago


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Existen diversas causas que pueden dar lugar a una lumbalgia. Es muy importante que tú médico establezca con precisión qué es lo que está causándola para empezar un tratamiento adecuado a tu caso particular.

A veces olvidamos cuál es el significado de sentir dolor en el cuerpo. Podrías no recordar haberte lesionado la espalda o en definitiva ignorar por completo que algo va mal en tu columna, hasta que un movimiento brusco empeora tu condición. Sin embargo, el cuerpo es sabio y tiene una memoria a largo plazo; el dolor es la manera que tiene de querer decirte que algo no va bien y que debes tomar las medidas del caso.

Existen diversos factores de riesgo que pueden dar lugar al lumbago y a los dolores de espalda en general, entre ellos la edad, la genética, riesgos laborales, estilo de vida, el peso, la postura, el embarazo o el hábito de fumar.

Sin embargo, el dolor de espalda está tan extendido que puede afectarnos incluso si ninguno de los siguientes factores de riesgo está presente:

  • Edad. Con el paso del tiempo los ligamentos pierden tamaño y los discos se deshidratan; es simplemente parte del proceso de envejecimiento del cuerpo.
    Los cambios en la columna relacionados con la edad pueden provocar trastornos que generan compresión en los nervios espinales. Esta presión provoca síntomas como dolor, entumecimiento o debilidad, tanto en la espalda como en otras partes del cuerpo como piernas y brazos.

    La enfermedad degenerativa del disco (EDD) es un ejemplo de un trastorno de la columna relacionado con la edad. Con el tiempo, los discos pierden su estructura normal y su capacidad de función. Simplemente es el resultado del desgaste, pero podría resultar en una protusión de disco o una hernia de disco y dolor.

  • Diario vivir. Nuestras vidas modernas pasan factura al cuerpo. La tensión emocional o estrés puede provocar que los músculos se tensionen y contracturen, dando lugar al dolor y rigidez. Cargamos la mayor parte del peso del cuerpo en la espalda, y es ahí donde sentimos el resultado de las tensiones del día a día: músculos rígidos y movimientos dolorosos.

    Por otra parte, la manera en que empleamos nuestros cuerpos podría también contribuir al dolor de espalda. Una mala postura, estar de pie durante largos períodos o sentados incorrectamente, pueden causar dolor de espalda (así que cuidado en la oficina!).

    Incluso actividades en principio agradables y saludables pueden causar esguinces, desgarros, contracturas musculares y dolor de espalda. Jardinería, fútbol, montar bicicleta, entre tantos otros, podrían potencialmente dañar la espalda.

  • Lesiones y accidentes. Puedes fracturarte un hueso de la columna en una caída o en un accidente de coche. Si sufres de osteoporosis, una enfermedad que debilita los huesos, podrías fracturarte un hueso.

    También podrías tener una lesión relacionada con la práctica deportiva. Son causas inesperadas pero reales del dolor de espada que requieren atención médica inmediata.
     
  • Genética. Existe evidencia científica de que ciertos tipos de trastornos de la columna tienen un componente genético. Por ejemplo, la enfermedad degenerativa de los discos intervertebrales parece tener un componente hereditario importante. 

  • Riesgos laborales. Cualquier trabajo que requiera agacharse repetidamente o levantar pesos puede llegar a producir lesiones en la espalda. Otro tipo de trabajos que requieren estar largas horas de pie sin pausa o sentado sin apoyar la espalda también entrañan riesgo de producir problemas de espalda.

  • Estilos de vida sedentarios. La falta de ejercicio periódico incrementa el riesgo de padecer dolor de espalda, en especial la lumbalgia. La falta de estado físico ralentiza el proceso de recuperación y favorece la aparición del dolor agudo.

  • Sobrepeso. El sobrepeso constituye otro factor de riesgo debido a la mayor presión que debe soportar la espalda lumbar y otras articulaciones como, por ejemplo, las rodillas. Además, el cargar sobrepeso empeora otras dolencias como la osteoporosis, la osteoartritis, la artritis reumatoide, la enfermedad degenerativa de los discos, la estenosis espinal y la espondilolistesis.

  • Mala postura. Las malas posturas incrementan con el tiempo el riesgo de desarrollar dolor de espalda. Por ejemplo, el encorvarse sobre el teclado del ordenador, conducir jorobado sobre el volante o el levantamiento de pesos de manera incorrecta.

  • Embarazo. Las mujeres embarazadas son más propensas a desarrollar dolor de espalda debido a, por una parte, el  exceso de peso corporal que llevan en la parte frontal del cuerpo y, de otra, al estiramiento de los ligamentos del área de la pelvis que se produce durante el tiempo que el cuerpo se prepara para el alumbramiento
    .
  • Fumar. Las personas que fuman tienen mayores posibilidades de desarrollar dolor de espalda que aquellos que no fuman.
     

Algunas de las patologías cuyos síntomas incluyen dolores o molestias en la zona lumbar de la espalda son:

Hernia de disco lumbar. El núcleo interno del disco que se encuentra entre las vertebras se desplaza fuera de su lugar provocando la irritación de la raíz de un nervio. Esto es lo que normalmente se conoce con el nombre de ciática. 

Estenosis espinal lumbar. Los canales espinal por los que circulan los nervios que salen de la médula espinal se estrechan debido a una degeneración, lo que provoca presión en la raíz de un nervio y en consecuencia dolor.

Espondilolistesis. Ocurre cuando una vertebra se desplaza o desliza por encima de la inferior, en general en la base de la columna. Ello puede provocar un pinchamiento de nervio, dolor de espalda y en algunos casos en la pierna.

Osteoartritis. La degeneración de las articulaciones facetarias en la columna vertebral puede causar dolor de espalda y disminuir la flexibilidad de la columna. Puede también provocar estenosis espinal y pinchamiento de nervios.


Repetimos que es muy importante que conozcas y entiendas la dolencia subyacente que causa tu dolor de espalda. Los tratamientos y medidas que debas adoptar en tu vida diaria para tratarlo y prevenir recaídas variarán en función de su origen.

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