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Dolor de Espalda

Cirugía de la Espalda


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Si tu caso es de un dolor de espalda crónico debido a una dolencia subyacente, puede que haya pasado por tu mente la idea de que tengas que someterte a una cirugía de la espalda. Sin embargo, menos del 5% de los pacientes con dolor de espalda requieren pasar por quirófano para resolver sus problemas de dolor. 

La cirugía es la última de las opciones y únicamente se lleva a cabo en los casos más serios como, por ejemplo, hernias de disco, pinchamiento de la médula espinal, deformidad estructural, casos serios de estenosis espinal, etc.

Una cirugía de columna debería ser considerada una opción únicamente después de que se han tratado durante varios meses otro tipo de tratamientos conservadores, es decir no quirúrgicos.

Tipos de Cirugía de la Columna

Si de todas formas parece que debes pasar por quirófano, quizá deban realizarte alguna de las siguientes intervenciones: 

  • Facetectomía. Es un procedimiento que retira una parte de la faceta, que es una estructura de hueso en el canal medular, para aumentar el espacio por el que circulan los nervios.

  • Foraminotomía. Es un procedimiento sobre el foramen (el área por la que el nervio sale del canal medular) para incrementar el tamaño del camino del nervio.

  • Laminoplastía. Un procedimiento que alcanza la columna cervical (cuello) desde la parte de atrás del cuello, que luego se reconstruye para crear más espacio para el canal medular.

  • Laminotomía. Procedimiento que retira solo una pequeña parte de la lamina (una parte de la vértebra) para aliviar la presión sobre las raíces nerviosas.

  • Microdiscectomía. Un procedimiento que retira un disco a través de un pequeña incisión con la ayuda de un microscopio.

  • Laminectomía espinal. Un procedimiento para tratar la estenosis espinal al aliviar la presión sobre la médula espinal. Una parte de la lámina (o parte de la vértebra) se retira para ampliar el canal espinal y crear más espacio para los nervios espinales.


Muchos de estos procedimientos pueden realizarse, usando técnicas mínimamente invasivas. Estas técnicas logran incisiones más pequeñas, estadías en el hospital más breves, menor dolor después de la cirugía y una recuperación más rápida.

Si tu médico especialista recomienda la cirugía, pregunta siempre cuál es el propósito de la operación, qué resultados se esperan y cuáles son las posibles complicaciones que podrían surgir.

Siéntete libre para pedir segundas opiniones sobre si es conveniente o necesario acudir a la cirugía de la columna. Tu médico debería referirte a otros especialistas para reevaluar tu situación, sin ningún inconveniente.

Última actualización: 23/03/2012

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