Facebook Twitter YouTube Google+ Rss
Loading

Artritis y Osteoartritis

Bienestar

Fisioterapia Osteoartritis


A- A+

A consecuencia de la osteoartritis las articulaciones de la columna no trabajan como deberían, en especial en su capacidad de movimiento. Esta disminución de la movilidad de la columna puede provocar que la ejecución de ciertos movimientos sea dolorosa. Se trata de un círculo vicioso: al sentir dolor dejamos de movernos como antes y, a su vez, al dejar de movernos contribuimos aun más al deterioro de la movilidad.

Por eso, es muy probable que tu médico te recomiende que acudas al fisioterapeuta como parte de tu plan de tratamiento. La fisioterapia puede contribuir de gran manera a que mantengas tu movilidad y a que controles y gestiones el dolor.

Los ejercicios que aprenderás durante la terapia te permitiran fortalecer tus músculos espinales de manera segura, de manera tal que puedan sostener mejor tu columna. Además flexibilizarás ciertos músculos que, cuando están contracturados, podrían aumentar aún más la compresión de los nervios en tu columna.

La fisioterapia abarca tres componentes básicos: educación, tratamientos pasivos y tratamientos activos. Los tratamientos pasivos tienen por objetivo relajar tu cuerpo y disminuir el dolor agudo o la inflamación. Se llaman pasivos porque no tienes que participar activamente con actividad física.

Si pasas por un período de dolores agudos, lo más probable es que empieces la fisioterapia con tratamientos pasivos para que tu cuerpo cure o disminuya el dolor. Pero la meta de la fisioterapia es llegar al tratamiento activo, que consiste en ejercicios terapéuticos que fortalecen tu espalda.


Tratamientos Pasivos

El fisioterapeuta puede iniciar contigo o combinar cualquiera de los siguientes tratamientos:

  • Masaje de Tejido Profundo. Esta técnica actúa sobre las contracturas y la tensión de los músculos. El fisioterapeuta ejerce una presión directa con sus manos en la zona afectada y fricciona para tratar de aliviar la tensión en los tejidos blandos de tu espalda (ligamentos, tendones y músculos). 

  • Terapias de frío y calor. El fisioterapeuta puede alternar entre terapias de frío y calor. Al usar calor se busca que fluya más sangre hacia la zona afectada: este aumento del flujo sanguíneo implica que lleguen más oxígeno y nutrientes al área. Además, los subproductos de deshecho que generan las contracturas musculares también son retirados por la sangre, lo que también contribuye a la curación.

    La terapia de frío, también llamada crioterapia, ayuda a reducir la inflamación, las contracturas musculares y el dolor. Una técnica típica de terapia de frío consiste en aplicar una bolsa fría en al área señalada o incluso recibir un masaje con hielo. Después de la terapia de frío el terapeuta puede trabajar contigo para estirar los músculos afectados.

  • Estimulación eléctrica nerviosa transcutánea (TENS). Una máquina de TENS emplea corriente eléctrica de baja intensidad para estimular los músculos. Suena atemorizante, pero en realidad no es nada doloroso. Se adhieren electrodos a la piel y estos envían una suave corriente eléctrica variable a puntos claves de los canales nerviosos. 

    El TENS contribuye a reducir las contracciones musculares y se cree que activa la secreción de endorfinas, que son los calmantes de dolor que produce naturalmente el cuerpo humano. Incluso existen pequeños aparatos de TENS de uso doméstico que se pueden emplear en casa, siempre y cuando tu médico especialista de su visto bueno. 


Tratamientos activos

Durante la parte activa de la fisioterapia, el terapeuta te enseñará distintos ejercicios para mejorar la flexibilidad y la fuerza de tus músculos, así como ampliar el rango de movimiento de tus articulaciones.

Cada programa de terapia física es individualizada, en función al historial y estado de salud de cada paciente, por lo que no es posible afirmar de antemano qué ejercicio debería o no estar en tu programa. El tipo de ejercicios que tú realizas podría no ser apropiado para otra persona con dolor de espalda. Aunque los dolores fuesen similares, podrían no tener la misma causa.

Si es necesario, aprenderás además a corregir tu postura e incorporar principios ergonómicos en tus actividades diarias. Todo esto es parte del aspecto de auto cuidado de la fisioterapia. La idea es que aprendas buenos hábitos posturales y principios que luego tú mismo puedes poner en práctica para cuidar tu espalda. El objetivo final consiste en reducir la posibilidad de que el dolor de espalda vuelva, al tiempo que mantienes la salud general.

Última actualización: 08/03/2012

Artículos en esta sección

Páginas
1

Buscar Especialista

La información que publica TuEspaldaSana.com no sustituye el consejo profesional médico. Consulta siempre a un médico sobre tus dolencias o problemas de espalda para obtener un diagnóstico y tratamiento ajustado a tu caso particular. El uso que hagas de la página de TuEspaldaSana.com está sujeto a la aceptación de nuestras Condiciones de Uso.

2011-2013 Vitacare Media/TuEspaldaSana.com. Todos los derechos reservados.