A consecuencia de la osteoartritis las articulaciones de la columna no trabajan como deberían, en especial en su capacidad de movimiento. Esta disminución de la movilidad de la columna puede provocar que la ejecución de ciertos movimientos sea dolorosa. Se trata de un círculo vicioso: al sentir dolor dejamos de movernos como antes y, a su vez, al dejar de movernos contribuimos aun más al deterioro de la movilidad.
Por eso, es muy probable que tu médico te recomiende que acudas al fisioterapeuta como parte de tu plan de tratamiento. La fisioterapia puede contribuir de gran manera a que mantengas tu movilidad y a que controles y gestiones el dolor.
Los ejercicios que aprenderás durante la terapia te permitiran fortalecer tus músculos espinales de manera segura, de manera tal que puedan sostener mejor tu columna. Además flexibilizarás ciertos músculos que, cuando están contracturados, podrían aumentar aún más la compresión de los nervios en tu columna.
La fisioterapia abarca tres componentes básicos: educación, tratamientos pasivos y tratamientos activos. Los tratamientos pasivos tienen por objetivo relajar tu cuerpo y disminuir el dolor agudo o la inflamación. Se llaman pasivos porque no tienes que participar activamente con actividad física.
Si pasas por un período de dolores agudos, lo más probable es que empieces la fisioterapia con tratamientos pasivos para que tu cuerpo cure o disminuya el dolor. Pero la meta de la fisioterapia es llegar al tratamiento activo, que consiste en ejercicios terapéuticos que fortalecen tu espalda.
Tratamientos Pasivos
El fisioterapeuta puede iniciar contigo o combinar cualquiera de los siguientes tratamientos:
Tratamientos activos
Durante la parte activa de la fisioterapia, el terapeuta te enseñará distintos ejercicios para mejorar la flexibilidad y la fuerza de tus músculos, así como ampliar el rango de movimiento de tus articulaciones.
Cada programa de terapia física es individualizada, en función al historial y estado de salud de cada paciente, por lo que no es posible afirmar de antemano qué ejercicio debería o no estar en tu programa. El tipo de ejercicios que tú realizas podría no ser apropiado para otra persona con dolor de espalda. Aunque los dolores fuesen similares, podrían no tener la misma causa.
Si es necesario, aprenderás además a corregir tu postura e incorporar principios ergonómicos en tus actividades diarias. Todo esto es parte del aspecto de auto cuidado de la fisioterapia. La idea es que aprendas buenos hábitos posturales y principios que luego tú mismo puedes poner en práctica para cuidar tu espalda. El objetivo final consiste en reducir la posibilidad de que el dolor de espalda vuelva, al tiempo que mantienes la salud general.
Última actualización: 08/03/2012
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